Alerta estoy de ser
sonrisa.
AnaMendoza

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domingo, abril 07, 2013

Locuras del Infinito



De tanto en tanto, en un estallido de luz, me renuevo, y los eones que llevo en mi florecen en fresca brisa. Vagabundeo por la existencia. Lo que es y lo que fue. Lo que será. Todo al unisono, como un coro de espigas al viento. Despliego mi aliento en tu polvo. Vives ahora y a la vez eres solo un recuerdo. Todo equilibradamente frágil. Por eso te amo.

Recuerdos , voces, susurros, roces. A lo lejos te veo venir. El viento sopla. El polvo se agita. Hace mucho que no estás aquí. Ahora somos uno. Siempre he sido y siempre seré.

Me lanzo a la negrura del espacio y camino junto a mil soles. Pasan a mi lado mudos y con la equivalencia de faroles en la noche. Mas rápido y más recorro en circulo el universo mil veces en un pestañeo. Despliego mi ser en una lágrima, infinitos mundos contenidos en el.

Incierto en mi voragine se cruza la imagen de ti, existiendo. Caminando. Latiendo. Tan frágil. Y te amo. Te cubro con mi manto.

Cierro mis sentidos y queda a oscuras todo. Los planetas dejan de rotar y los soles alumbrar. Meditaré en ti. Siento que me llamas aunque no estas. Me llamabas el gran espíritu. Te oía a lo lejos y como te venías acercando. Trueno. Relámpago. Un pajarillo en la inmensidad del bosque le canta a la vida. Como tu lo haces ahora. Lo hicistes y lo harás. Inserto alma en tus labios, vives.

Danzas al son de tambores, tu y los tuyos se preparan. Doy un doble giro en el cosmos y me dirijo a tu estrella. Y estoy. La lucha por el sustento fue concluida con éxito. Has aprendido a dominar a otras especies y hacer de su carne uno solo contigo. Ahora el animal danza en tu interior, unificándose. Te lo doy todo, mi jardín lejano y más hermoso. Sus cristalinas y dulces aguas. Desde hoy vendré a visitarte todos los días.


Te observe en silencio horas, años, un instante. Observaré. Te miras en el reflejo del agua. En mis ojos existes, en mis labios tu expiras. Se que piensas que es corto el amor, pero es una eternidad, de verdad. Y que a su vez hay mundos de sombras de los que traicionan con un beso, donde almas en pena sollozan. Siempre repitiendo, te quise, me quisiste. no olvidé, no estuviste.

No me busques con la mirada, estoy dentro de ti. Una partícula de luz te creo. Mi luz te encendió. Juntos brillamos en un amanecer, caminando sobre la arena y el mar. Refrescaba nuestros cálidos pies. Lo olvidaste. Escucha el susurro, no es el viento, soy yo. Recuerda. Luz.

Voz que traspasa el velo del tiempo.
Y mutando en mi reflejo, pasan las estaciones del año. Dancemos.

Desconcierto tienes. Busca la perfección en el silencio, profundo, donde el fuego no quema, aliento de rocío, cálido. Siente, brilla la galaxia. No tengo nombre porque soy todos los nombres. En cíclica rotación. Vi nacer un sol y lo vi derrumbarse. Contemplé. Sigiloso, pulsaste vanas miradas en los tuyos. Date cuenta que el límite no está en el horizonte. Alquímico ser.

Apaga todo, silencia todo, olvida tus latidos y escucha mas allá, soy una música lejana, me escuchas? me escuchaste alguna vez? Escucha mis notas. Son lejanas, recordarás.
Belleza arcaica, el origen por eras y eones. Plácidos nos encontramos entre las silvestres hierbas. Arremolina tu vibración e impulsala en unión al todo. En los escalones de piedra de la gran torre están los símbolos dibujados con tiza. Tu ya los has visto. Asciende contemplándolos. Con tranquilidad y cuidado llegaras. Descifra los arcanos ancestrales con la sabiduría de tu quietud. Pirámide de Qaholom.  

Sabrás que es tu lengua materna.  Desde los albores sempiternos del tiempo te llamo. Unidos en un segundo de eternidad. Regresa al origen, renovado, robusto, trasmutado.  El granito de arena esta en el aire, a punto de unirse al todo nuevamente… Descifra el delirio infinito. Te reconfortará.

En la cima del gran monte. En el filo. Contemplando juntos la selvática morada primitiva. Eres en verdad, la ancianidad del tiempo. Tus blancos cabellos llegan al piso rocoso. Siempre vuelves a tu morada por momentos. Pero nunca en realidad te has ido.    Solo te has perdido en tus pensamientos de vida. Hablamos en una lengua que solo entiendes cuando regresas. Nunca te he dejado. Siempre estoy para confortarte.
Dancemos una vez más.

Jorge Martínez Lecaros 

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