Alerta estoy de ser
sonrisa.
AnaMendoza

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domingo, octubre 30, 2011

CUARTETO 2.20 (Santa Cruz de Tenerife)


En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro, y el mundo no es sino música hecha realidad.

Arthur Schopenhauer (filósofo alemán:1788-1860)

BOSQUE DE MÚSICA


Mi ser fluye en tu música,
bosque dormido en el tiempo,
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo.
¿Cómo olvidar que soy oculta melodía
y tu adusta penumbra voz de los misterios?
He interrogado los aires que besan la sombra,
he oído en el silencio tristes fuentes perdidas,
y todo eleva mis sueños a músicas celestes.
Voy con las primaveras que te visitan de noche,
que dan vida a las flores en tus sombras azules
y me revelan el vago sufrir de tus secretos.
Tu sopor de luciérnagas es lenta astronomía
que gira en mi susurro de follaje en el viento
y alas da a los suspiros de las almas que escondes.
¿Murió aquí el cazador, al pie de las orquídeas,
el cazador nostálgico por tu magia embriagado?
Oh, bosque: tú qué sabes vivir de soledades
¿adónde va en la noche el hondo suspirar?

Vicente Gerbasi

CUARTETO 2.20


El cuarteto surge con la iniciativa de su profesora, Ana Sánchez Clemente, en el curso de la Fundación Magistralia en 2008 y se termina de consolidar como tal en el Conservatorio Superior de Música de Canarias en el año 2010.


Ha actuado en lugares como el Paraninfo de la ULL, Tenerife Espacio de las Artes (TEA), en el Auditorio Antonio Lecuona del Conservatorio Superior de Música de Canarias (sede Tenerife) y en diversos actos públicos y radios de la isla de Tenerife, como Radio Realejos, ONDACIT y La Ser. Su repertorio comprende desde el Renacimiento hasta nuestros días, así como diferentes estilos desligados del “clásico” como son el Jazz, Pop-Rock, Tango, música para actos religiosos, música popular, etc. Entre sus próximos proyectos está la grabación de un disco y una gira por las Islas Canarias y la Península.

Un Saludo desde Venezuela, esperando verlos pronto.


En la tierra nada se presta tanto para alegrar al melancólico, para entristecer al alegre, para infundir coraje a los que desesperan, para enorgullecer al humilde y debilitar la envidia y el odio, como la música”

Martín Lutero (fraile agustino alemán: 1483-1546)

La música es sinónimo de libertad




De tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor.

sábado, octubre 29, 2011

LAS MUJERES, QUE LEEN, SON PELIGROSAS

Relegadas tradicionalmente a un papel secundario y a menudo pasivo en la sociedad, las mujeres encontraron muy pronto en la lectura una manera de romper las estrecheces de su mundo. La puerta abierta al conocimiento, la imaginación, el acceso a otro mundo, un mundo de libertad e independencia, les ha permitido desarrollarse y adoptar, poco a poco, nuevos roles en la sociedad.

A través de un recorrido por las numerosas obras de arte que reflejan la estrecha relación entre libros y mujeres, Stefan Bollmann rinde un sentido homenaje a las mujeres y confirma el excepcional poder que confiere la lectura.

Sal con una chica que lee



Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.


Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.


Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.



Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.


¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo.


Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son

.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.


Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.


Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.


O mejor aún, a una que escriba.

(Por Rosemary Urquico)

Sal con una chica que no lee


Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévala a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.



Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.



Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.



Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.



Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.



Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

(Por Charles Warnke)

::ser o no ser nada::


“Es imposible resistirse ante una mujer inteligente”

STEFAN BOLLMAN


Ha explorado la presencia de mujeres y de niñas lectoras en el arte occidental, desde la Edad Media hasta nuestros días, y nos ofrece una amplia serie de imágenes, acompañadas de comentarios, que empiezan con La Anunciación de Simone Martín (en que María, sorprendida por el ángel en plena lectura, es, nos dice, una femme d`esprit, y no la inocente ingenua que los teólogos tenían por costumbre ver en ella) y termina con la famosa fotografía de Eve Arnold Marilyn leyendo `Ulises` (aducida a menudo como prueba de las inquietudes intelectuales de la actriz, y de a mí, cada vez que la miro, me hace ponerlas más en duda).

Se trata de una selección de imágenes muy interesante y atractiva, pero no nos encontramos, aunque sea hermoso, ante un libro objeto, ni ante un libro de arte, porque la intención del autor ha sido muy otra. Por algo no han elegido como título `mujeres lectoras`, sino `las mujeres que leen son peligrosas`, título que no se presta a equívocos y muestra a las claras la intención de la obra, y que yo, un poco como juego, un poco haciendo el papel de abogado del diablo, pongo entre interrogantes, como pongo entre interrogantes las cuestiones múltiples que se plantean, que nos plantea este libro en torno al tema.

Un canto a la libertad que otorgan los libros y un emocionante homenaje a las mujeres lectoras. Desde Rembrandt hasta Hooper, pasando por Matisse, Manet o Casas, el arte y la fotografía han tenido en el motivo de la mujer leyendo una fuente inagotable de inspiración y belleza. La Historia de la lectura femenina se refleja de manera magistral tanto en la pintura como en la fotografía. Artistas de todas las épocas han sucumbido ante la fascinación del reto de capturar la intimidad, a veces secreta, de la lectura femenina. Sus obras nos ofrecen una visión única y sensible de la historia de las mujeres y la lectura.

Este libro, lleno de delicadeza, recorre y explora estas imágenes, a la vez íntimas y sugerentes, y trata también de explicar lo que hay detrás de ellas. Cada imagen va acompañada de un comentario que explica el contexto en el que fue creada: quién era la lectora, su relación con el artista y el texto que está leyendo. Una obra singular que abre un mundo desconocido para la cultura de nuestro siglo.

Sed de tí


Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.
Trémula mano roja que hasta su vida se alza.
Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.
Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas......

Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.
Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.
Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.
Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.
Sed de ti, guirnalda atroz y dulce.
Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.
Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.

La boca tiene sed, para qué están tus besos.
El alma está incendiada de estas brasas que te aman.
El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.
De sed.
Sed infinita.
Sed que busca tu sed.
Y en ella se aniquila como el agua en el fuego.

Hoy 23 de Septiembre de 2011, en homenaje a Pablo Neruda a los 38 años de su muerte física.

lunes, octubre 17, 2011

PAPELES



Me parto en dos

Solo para verte
Solo para amarte

Desaparezco y penetro en ti
digo
en el leve susurro
estoy para amarte
luego vuelvo a dividirme en dos
(grito cuchillos)

No necesitamos absurdos papeles
Para hablarnos
Vernos
Amarnos

Quiero volver a ti
Y desde allí estallar
Esa será mi fracción definitiva.

Tomado de:
Murmullo de alas
Ernesto Dupuy


PRESAGIOS

Cierro mis párpados

Para verte en lo lejano

Y presagiar

Tu llegada sin lisonjas

O reservas oceánicas

Bajo a lo más alto

de iracundos besos

dulcinianos

y en ocasiones aburridos

pero con feliz iridiscencia

ahí está el oscuro amanecer

que te sabe ocultar entra las zarzas

y no desgarra tu esencia

en la semi-luz que te descifra.


Tomado de:

Murmullo de alas

Ernesto Dupuy

Hoy te quiero para mi...



“Ahora entiendo que el tiempo no puede retrocederse...pero si quisiera

adelantarlo para volver a verte”

Gástame los labios esta vez y no lo pienses

Anita.

Y tocamos una chispa










Una descarga eléctrica un asalto fulminante, Yo con mis helados dedos y tú con tus manos fogosas, me das tu mano y puedo sentirte y apreciarlo me llevas a tu corazón tibio, y consonante… perfecta temperatura la de tu mirada encendida, nos abandonamos al tiempo, oscurece la tarde recordando que no puedo paralizar las horas ni conmoverte entre palabras mudas. Que básica me siento… Se repiten las miradas fijas, repasando cada segundo no puedo retroceder el tiempo ni guardarlo tampoco, ese instante ni su espacio qué pena no poder mirarte simplemente hallarte en las palabras que gasto. Renunciamos al tiempo mientras se apaga la tarde lánguida y las palabras intrascendentes se hacen silencio con las sonrisas se callan en un vistazo.

Reglas del juego para los hombres que quieren amar a mujeres

I

El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer la que anida en mí,
la golondrina
transparente de la ternura.

II

El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.

III

El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV

El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V

El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca para descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI

El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII

Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si necesario.

VIII

El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX

El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza pública llena de multitudes
Podra gritar —te quiero—
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X

El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron
separados
como seres de distinta estatura

XI

El amor de mi hombre
no querrá rotularme o etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.



Gioconda Belli

Extraño




























Sobre el pasmado tronco de un interno bosque del sur, se encontraba un Hada pequeñita, entraba y salía por sus agujeros, al pie del árbol se desborda una quebrada cristalina y ruidosa, venia bajando cargada de matices, hojitas y lluvia fresca… yo pude notarlo al llegar, su sonido, su olor a tierra húmeda, y su fuerza soberbia, su estrepitosa caída porque era nueva para mi, Esa tarde estaba muy claro a pesar de la densa niebla, la luminosidad entre los arboles deshojados al paso del invierno, todo teñido de los colores más rojizos de la tierra.

Los arboles sesgados por el viento, parecían calarse de la tierra al cielo, pude entrar a la parte baja de aquella vieja casa de tablas sobrepuestas sobre la madera oscura y roída, estaba desolado ya nadie vivía en aquel lugar, yo quise quedarme por un momento quise quedarme para siempre, me gusta un poco la soledad.
Pude darme vueltas y vueltas y al cerrar mis ojos volvía a aquel mágico lugar que una vez fue habitado, su corazón pálido había perdido también el color. Y no pude inmutarme a la tristeza de ver como las cosas, las personas y las vidas se quedan de repente en cero para nuevamente comenzar, algunos no tienen esa oportunidad pero es más doloroso que morir. Algunas también parecen desaparecer por el aspecto exterior. Di un salto repentino, me asustaron los pasos cuando venias, no pude esconderme esta vez, y unos ojos curiosos me seguían el vuelo, que intrépida ya estaba allí, de pie y no pude más que sonreír, tu habitabas en ese lugar, pude entender y asociar muchas cosas que se parecen a ti, aunque no salías mucho. Te respaldabas cómodamente en un viejo sillón lleno de polvo y años. Me invitaste a tu lado.

Me senté así, me senté cómodamente, apenas recuerdo todo lo que dije, hablé y hablé sin parar así como cuando escribo, así como soy, ni siquiera recuerdo si te vi a los ojos, me pregunto si te mire a los ojos en algún momento, pero luego caigo en la contradicción de todas las horas que pasamos y me niego a como pude hablarte tanto sin mirarte….seguramente me quede absorta en tus miradas. Pues mientras me tomó un té para este frio invierno, a mí también me gusta el té a toda hora acompañado de pasteles con crema y paciencia, me gusta la armonía, los pactos, la magia, la poesía, los conjuros y esas cosas bellas que se extinguen en el tiempo.

Te puedes llamar extraño… ser tan estable y frugal en medio de la tarde, como una apoteósica montaña de mi tierra…eterno sin líneas en el horizonte, mientras tú me vez como una extraña de ojos oscuros, de un mar sin fin. Musa y princesa me gusta más. Pues no recuerdo haber sido tal fusión nunca antes. Recuérdame otras vidas, un beso cómplice, y una mano aquí puesta sobre el corazón, aun no entiendo esta atracción mágica este andar lento, este sueño frecuente donde solo nos vemos y lo demás olvidas.

2=1

El amor perfecto tiene esta fuerza: que con el olvidamos nuestras alegrías por alegrar a quienes amamos”.

domingo, octubre 16, 2011

Mas de lunas y mareas...


Noche insegura…oscura, cerrada,

consumes la clara luz que me das…


Luna sujeta las estrellas que laten obscenas,

ávidas, peligrosas, y sedientas de ti…


Celosas en el negro espacio donde no llegaste

estaba de pie con mi brillante luz


Te vi por un momento mirándome en silencio

y me quedé inmóvil mirándote también.


Si no quedan palabras ¿Qué será de mi?…llena toda

de esos besos imaginarios que llegan y se van.

El don de la palabra


Cuando uno promete, es tu palabra la que está en juego. A partir del momento en que tu esencia se manifiesta lingüísticamente en este universo, Su palabra es Usted. Si haces una promesa sea cual sea y no la cumples no solo decepcionará a los demás si no también te decepcionaras a ti mismo. El universo retribuye con generosidad los ofrecimientos incondicionales y desinteresados, porque en ellos reproduce con más intensidad la energía que está en la base de todo: AMOR

“El todo es mayor a la suma de sus partes”

Recuerda siempre: usted no puede ofrecer lo que no tiene.

::Tenía que ser así::

Bajo la lluvia

¿no se ven las estrellas?

…..si su brillo va mas allá

Y viaja en la distancia.

Sabría apremiarte

con su luz…

pues aunque ya nada

te detenga

¿te habías topado conmigo?….

Es una suerte del destino

que haya sido así.

vuela.............tiempo corre¡¡¡

“El amanecer sólo llega después de que la noche haya pasado, todo tiene su momento justo”

Eterna Luna


A un costado la luna

…se hizo

La oscura noche se abrió

…indiferente

Con sus ojos de par en par

…pasmada

De tanto verte mis

…ojos

Lo asumo hay más que eso ojos

.. y corazón.

Confieso que también te regalo

…mis miradas

Cuando observo de uno por uno

…tus movimientos.