Todo
lo que me regalaste es mío, como las huellas de la luna sobre las mareas,… Como
las zanjas de las nubes sobre el cielo. Como las líneas del poeta sobre el
libro voy a ver tus ojos de niña, de brillo negro, vivos, más vivos que nunca
en ese cuerpo viejo y tierno de ojos cerrados, de palmas y puños,…
Táctil reflejos luminosos vernos siempre como niños de
luz que nace quédate en esta vida mi amor,
que quiero ser tu bastón, tu apoyo, el murmullo en tu oído y el silencio de paz
en tu pecho.
Cuando nada más se trace sobre el horizonte, cuando
se tienda la tarde sobre el techo, cuando navegues inseguro y dudoso.
Brillar en el pecho, porque solo el amor prevalece
al espejismo, solo el amor prevalece al invierno.
A.M.