(Historia de la vida Real)
"Gracias pudor
turquesa embrujo "
Oliverio Girondo
Luego de
desembalar tan sutil regalo
arrojé al vacio
el manual de usuario
coloqué freno de
mano escuche una voz que dijo:-.-Suba…
.- miré a todos
lados y pensé será el techo quien me está hablando…
Cómo me gusta
mirar desde el techo….
estar arriba no
hay mejor lugar.
Vi su cara y su
risa, no pude vacilar,
fue una de las
razones por las cuales quedé enamorada
para siempre
hasta que el
siempre termine.
Comencé
llenándolo todo con tontos grafittis
invocando el
amor y resaltando en neón la zona VIP
el lugar que le
reservo.
“Apúrate… llega
amor ven, ven…”
cércame por
mas….
por eso de urbanos y modernos…
vanguardistas y
contemporáneos….
Pero no, no soy
tan así soy una romántica sin remedio.
Si!!! lo admito
sabes que me gusta la poesía solo un poquito.
Esta vez no se lo diremos a nadie.
Pasé a escribir
un libro para derribar todas las paredes de su casa.
Pócimas de amor
y otros antídotos insolubles.
Qué tiempo
perdido, todos se dieron cuenta que andaba rara menos él,
pude haber
enviado una bomba atómica y ya
habría sido más
fácil matarlo con casa y todo
a ver si
entiende lo que es sentirte enamorado solo.
Intenté
hipnotizarle así que le colgué una gran mirada de ojos penetrantes
y de versión
área a ver si se entusiasmaba.
Y al sacar
cuentas vamos 3 a 0 con él no pego una
me tiene
pensando todo el día como hacerlo reaccionar
Sigo perdiendo
quiero ser la bruja mas buena del mundo
para que mis
conjuros sean realmente efectivos y al fin confiese
para que yo
pueda ignorarlo por completo
hacerme a la
vista gorda y no intentar
llamar su
atención nuevamente.
Pero como buena
Brujita
de regalo recibo
una escoba
viene embalada
desde muy lejos
y me digo…. la
uso y le sorprendo
y si no le gusta
le doy un escobazo…
para algo debe
servir mis estrategias contra iceberg.
Pobre, no le
quedó otra opción que inventar que sabía volar
Intenté que me
diera una demostración
es que yo
perfectamente lo habría enseñado a él.
Entre Cortázar y
Girondo,
él prefería
caminar codo a codo no conmigo.
Ambos caminamos con nuestros pies
Pero yo ando
volando y con el fin propósito de descubrir
de quién es este corazón estúpido
y tonto que compartimos;
creo que no quiere hacerse cargo…
Entonces será que debo aprender
que el silencio también habla.
Y que el próximo regalo después
de la luna
el sol y el montón de estrellas
me dé un control para que aprenda
a silenciar las expresiones,.
¿Dónde dejé el medidor de
sueños?.
Ahora por andar pensando tanto ya
ni duermo.
Qué sigue después
una coreografía al volante de mi escoba
una carcajada de bruja bien
resuelta
y una varita mágica para que sea
completo el hechizo
no quiero improvisar con él no se
puede
..me gusta el riesgo de mezclar
los pies bajo la mesa
y que le ponga total atención a todo el abecedario.
Estudiando todo lo que está en
contra
definitivamente hay algo malo
en estacionarme frente a su casa
es que soy muy liviana y hasta
deje el gato olvidado
el día que comenzó a llover.
Justo me ha descubierto
el Mushi verde tenía mi nombre
colgado a su cuello
y con todo y eso aun no si me lo
devuelve
ahh y ese gato me tiene el
corazón.
He pensando si se lo comió en
salsa barbiquiu
Además el pronóstico del tiempo
siempre miente.
Es que esto solo me pasa a mí.
Darme cuenta que algunas personas
se aburren si miran el techo
y el techo se aburre cuando mira
a las personas.
La próxima lección de vuelo
será no chocar con estrellas paranoicas
acosadas por los pescadores.
Ir a la luna a certificar si
escribe sobre poetas
y comenzar a trabajar en un
repertorio de magia
que en verdad surta efecto sobre
ti.
Que los defensores del realismo
se abstengan por favor…..
decidí dedicarme a la magia
centrifuga
para confundirte mientras da
vueltas y vueltas
cuando atravieso el espacio y te
llevo a mi lado
haciéndome la
inocente mientras no puedas ya defenderte.
Fundación Editorial el Perro y la Rana 2012
Caracas Venezuela
Sistema de Imprentas Nacionales
Edición y Diseño: Daniela Lozada Portillo y Yudecxi Carmona
Ilustración: Manel Rebollo Portalo
Propiedad Intelectual Ana Mendoza