Alerta estoy de ser
sonrisa.
AnaMendoza

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domingo, abril 07, 2013

Crónicas sincrónicas de un corazón


Jorge Martínez Lecaros

Caminos de rayo, sobre el pasto a tu horizonte,
luz que traza sendas y quema malezas en rectas.
Aullidos lunares recónditos en el tinto de tus labios.
amo tu fuego y ceniza y el polvo que serás.

Ayer  besé tus fósiles huesos de futuros brumosos.

todos tus estados, posibilidades y tiempos
Constato que en todos estás contenida.
Eres vida fresca, creadora en poesía y movimiento.
Eras el silencio y el viento,
esencias y posibilidades.





Avanzo al tiempo en que tiernamente
acaricio tus huesos amarillos,
por atardeceres lejanos y secos,
donde el sol ya no sabe de vidas.
Aun ahí estabas en viento y caricias, en silencios y soledades que
entran y agitan las mareas que cristalizan la luz de mis aguas,
mirándote, llorándote, riéndote...habitas en mis ojos.
Monocromática tierra reseca.

Miradas refugiadas en negruras azuladas
de cielos misteriosos y tierras hostiles, áridas y
fantasmas lejanos, ecos distantes.





















Explorando estoy, lo que fue y lo que será.
Ahora en el origen, el principio:
el mismo silencio!
Pero un silencio alegre,
de un sol apacible.
Tierras nuevas y lluvias tibias,
reconfortan danzando en piel,
limpiando mi cuerpo,
Ahí escuche decir mi nombre,
en el silencio de la noche.
Y te busque en la negrura,
indagando con la mirada cegada,
Eras tú hecha viento..
tú habitas en el viento. Eso te gusta.
Hablas y acaricias..
Y aunque serás, ya eres.
Porque siempre has sido.
Te gusta del dinamismo lúdico del aire en movimiento.



Yo siempre fui tu compañero de juegos, al que mas amaste.
Al que mas amas, al que mas amarás.
Recuerda las tardes eternas de juegos de los mares de nubes rosa,
solo reíamos, y nos deslizábamos por las laderas esponjosas de nubes.
Como en las dunas, subiendo y volviendo a caer y riendo.

Muchos habitaron ahí. Pocos, muy pocos recuerdan..

Para terminar, decirte que siempre has sido,
eres silencio y viento ahora encarnada en poesía.
Eres una luz escondida misteriosa de contornos arcoíricos,
como un faro en la nada.
Amo tu dócil aurora,
Amo la furia de tus vientos cuando me extrañas.




Nos escondemos en el tiempo,
y dejamos al azar actuar.
Nos hemos reencontrado amor mío.

Vida de mi vida, de mis tiempos,
de mis nieves.
Fuimos un tiempo nieve también, lo recuerdas?

En otros tiempos volveremos a manifestarnos,
unidos, más unidos que nunca amor.
Con más influencia en las estructura de las cosas.
Esa influencia irradia este tiempo.
Por eso lo sé.

Seremos más, cuando hayamos dejado nuestros huesos tirados
en los caminos olvidados de tardes calurosas y aburridas  polvaredas.
Somos transformación, evolución, energía encarnada que todo lo quiere ser.
























Somos atardecer, vino tinto y cristal en lunas llenas,
cantos nocturnos, risas.
De pastos amables,

aplastados y tibios de nuestra influencia
de amores desnudos y fricciones palpitantes,
extasiados, de aberturas burbujeantes y colmadas,
vapores candentes que degusta mi boca al beber de tu néctar,
de restos de amor...































Quiero ahora disfrutar de la sincronía de cantos,
de madrugadas y de miradas conectadas en espejos de alma.

Solo me pregunto, donde quieres ir hoy amor?
veamos desde la luna, como gira la tierra y hagamos el amor.
Nos entregamos al caos y al azar,
pero siempre nos reencontramos.

Para mañana quiero ser una estrella de mar,
y quiero que tú seas el mar,
para danzar dentro de ti.
Para creer que puedo iluminar tus vastedades.
Mas no me recuerdes que las estrellas de mar no iluminan.
Quiero ser imperfecto y que me ames igual.
Quiero que me ames de todas las formas.
Porque yo, de todas las formas te estoy amando
e inventaré nuevas formas para amarte y hacernos uno siendo dos.

SIEMPRE

Para mi inspiradora e instigadora, la mujer que amo Ana Mendoza,
musa de mis sueños, esperanzas, realidades y fantasías.
Santiago 09 de febrero de 2013
Jorge Martínez Lecaros.




El texto original de este post es de Jorge Martínez Lecaros
Algunas de las fotografías son del Señor Juan Yanes y mías.

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