Me das
la potestad de quitar la máscara.
Rescátame de perder el fuego. Malgasta el día,
deslígame de las apariencias de mostrar imágenes para distraer a los inocentes
de esta ciudad, de plazas de ojos encantados. No entendí que me desgarraría lo
grandioso y lo oscuro.
Ana Mendoza
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