Todos los actos individuales son antisociales. Los locos son las víctimas individuales por excelencia de la dictadura social; En nombre de esta individualidad que es propia del hombre, reclamamos la liberación de los forzados de la sensibilidad, puesto que las leyes no pueden encarcelar a todos los hombres que piensan y obran.
A. Bretón
"Todos saben, en
efecto, que los locos sólo deben su internación a una pequeña cantidad de actos
reprimidos por las leyes y que, a no mediar tales actos, su libertad (por lo
menos lo visible de su libertad) no estaría en juego. Me inclino a creer que
tales seres son víctimas en alguna forma de su imaginación que los impulsa a la
inobservancia de ciertas reglas, al rebasar las cuales el género humano se
siente amenazado, hecho que todos hemos pagado con nuestra experiencia. Pero la
profunda despreocupación que demuestran hacia las críticas que se les dirigen,
y aun hacia los diversos correctivos que se les infligen, permite suponer que
ellos obtienen tan elevado confortamiento de su imaginación y gozan tanto con
su delirio que no pueden admitir que sólo sea válido para ellos."
"No ha de ser el miedo
a la locura el que nos obligue a poner a media asta la bandera de la
imaginación."
"SURREALISMO: s.m. Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta
expresar tanto verbalmente como por escrito o de cualquier otro modo el
funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento, con exclusión de
todo control ejercido por la razón y al margen de cualquier preocupación
estética o moral."
"La suma de los momentos de sueño, medidos como tiempo, y no tomando en
cuenta sino el sueño puro, en el dormir, no es inferior a la suma de los
momentos de realidad, digamos mejor: de los momentos de vigilia. La extrema
diferencia de importancia, de seriedad, que existe para el observador común
entre los acontecimientos de la vigilia y los del sueño, me ha sorprendido
siempre. Se debe a que el hombre, cuando cesa de dormir, se convierte ante todo
en juguete de su memoria. En estado normal, ésta se complace en exponerle muy
vagamente las circunstancias del sueño, en privar a este último de toda
consecuencia actual, haciendo partir la causa determinante del punto en que se
cree haberla dejado algunas horas antes: esta esperanza sólida, aquella
preocupación. El hombre se forja así la ilusión de continuar con algo que tiene
valor. Queda el sueño limitado a un paréntesis, como la noche. Y no es mejor
consejero que ésta."
"¿Cuándo habrá lógicos
y filósofos durmientes? Quisiera dormir, para poder entregarme a los que
duermen, del mismo modo que me entrego a los que me leen, con los ojos bien
abiertos; para acabar con el predominio del ritmo consciente de mi pensamiento
en este asunto. Tal vez mi sueño de la última noche sea continuación del de la
noche anterior, y a su vez sea seguido por el de la próxima noche, con un rigor
digno de encomio."
" Yo creo firmemente en
la fusión futura de esos dos estados, aparentemente tan contradictorios: el
sueño y
la realidad, en una especie
de realidad absoluta, de superrealidad. A su conquista me encamino, seguro de
no lograrla, pero con la suficiente indiferencia hacia mi muerte como para
calcular un poco el placer de tal posesión."
"La poesía, que lleva
en sí misma la compensación perfecta de las miserias que soportamos (...)
¡Llegará el
tiempo en que ella decrete
el fin del dinero y parta sola el pan del cielo para la tierra!"
"Swift es surrealista
en la malignidad.
Sade es surrealista en el
sadismo.
Chateaubriand es surrealista
en el exotismo.
Constant es surrealista en
política.
Hugo es surrealista cuando
no es estúpido.
Desbordes-Valmore es
surrealista en el amor.
Bertrand es surrealista en
el pasado.
Rabbe es surrealista en la
muerte.
Poe es surrealista en la
aventura.
Baudelaire es surrealista en
la moral.
Rimbaud es surrealista en la
práctica de la vida y en cualquier parte.
Mallarmé es surrealista en
la confidencia.
Jarry es surrealista en el
ajenjo.
Nouveau es surrealista en el
beso.
Saint-Pol-Roux es
surrealista en el símbolo.
Fargue es surrealista en la
atmósfera.
Vaché es surrealista en mí.
Reverdy es surrealista en su
casa.
Saint-John Perse es
surrealista a la distancia.
Roussel es surrealista en la
anécdota.
Etcétera."
(Del Primer
manifiesto del surrealismo)
"Y el diablo proteja,
una vez más, la idea surrealista, así como cualquier otra idea que tienda a
tomar una forma concreta, para que pueda someter a ella todo lo que sea posible
imaginar de mejor en el orden de los hechos, del mismo modo que la idea de amor
tiende a crear un ser, que la idea de revolución tiende a precipitar el día de
la revolución, hechos sin los cuales esas ideas carecerían de sentido —
recordemos que la idea de surrealismo tiende simplemente a la recuperación
total de nuestra energía psíquica por medio del descenso vertiginoso en
nosotros mismos, la iluminación sistemática de los lugares ocultos y el
oscurecimiento progresivo de otros lugares, el paseo perpetuo en el corazón
mismo de la zona prohibida, y recordemos que no hay ninguna perspectiva seria
de que su actividad cese en tanto que el hombre sea capaz de distinguir un
animal de una llamarada o de una piedra —, el diablo proteja, repito, la idea
surrealista de comenzar a andar sin avatares. Es absolutamente necesario que
hagamos como si estuviéramos realmente en el mundo para atrevemos después a
formular algunas reservas."
"El problema de la acción social es —me interesa insistir sobre ello —
sólo una de las, formas de un problema más general, que el surrealismo se ha
hecho un deber agitar, y que es el de la expresión humana en todas sus formas.
Quien dice expresión, dice ante todo lenguaje. No hay, pues, que asombrarse de
que el surrealismo se ubique, de entrada, casi exclusivamente en el plano del
lenguaje (...) Se simula no advertir con claridad que el mecanismo lógico de la
frase se muestra por sí solo cada vez más impotente para desencadenar en el
hombre la sacudida emocional que da realmente valor a la vida.
"Hay, sin duda, demasiado norte en mí para que llegue a ser jamás el
hombre de la adhesión incondicional. A mis propios ojos ese norte implica la
coexistencia de fortalezas naturales de granito y zonas brumosas. Aunque estoy
dispuesto a exigirlo todo de un ser que estimo bello, no puedo extender el
mismo crédito a esas construcciones abstractas que se denominan sistemas.
Frente a ellas mi fervor declina y se hace evidente que el incentivo del amor
deja de funcionar. Sí, un sistema puede cautivarme, pero jamás hasta el extremo
de no querer ver el punto vulnerable de lo que un hombre como yo se da a sí
mismo como verdad."
"Creo que no sería mala idea comenzar por convencer al hombre de que no
es, como presume, el rey de la creación."