Serénate
por ti no vengo como un filibustero
no despliegues tus fuerzas defensivas creyendo
que sitio tus murallas y pretendo tomar tu
fortaleza
con apetito de saquear, destruir e incendiarlo todo.
Lejos de mí espíritu de William Walker, Morgan o Barba
Roja
Créeme en cambio
tengo la convicción de Guaicaipuro o un Alonso de
Ledezma;
que aún, en desventaja de armas uno
y en su menguada edad y compañía el otro
cada quien en lo suyo atendiendo lo propio,
se encaran a la afrenta de cualquier invasor.
Me presento ante ti nómada,
indígena en plenos bosques tropicales
alguien más haciendo su camino inverso
al señalado por la modernidad o civilización
Si hasta ahora no he sido el ancho y presuroso corazón
que deseabas
Recíbeme provisionalmente como huésped mendigo.
Juan A. Canelones
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