Va
pasando un minuto, lejos del cuadro de comodidad, se cuestiona …dónde se
encuentra. .-¿En ninguna parte?... .- dónde estoy. Se pregunta a sí mismo.-
Al borde
del alma corre, se ancla esclavo del pensamiento, florece a la vista…
la salvaje nada hoja en blanco,
rescata la paciencia de las pocas cosas que yacen. Evoca a la fantasía, es entonces cuando
las palabras intentan abrirse de sopetón... pequeños jardines de símbolos
y puntos.
Espacio y tiempo se estira, todo es para hoy. Piensa en la
frase de ayer… cuando pudo quedarse inmóvil desanimado “El artista debe estar
solo, cumple su ciclo ama y destruye”. Es un ser lleno de indultos todos se los ha ganado de
forma natural, por eso prefiere su forma de exclusión. No está de acuerdo, escucha a los otros pero
no vive igual. Su pensamiento único lo lleva como bandera de honor, cree que se tiene a sí
mismo. Se cree capaz de crear y hacer cosas sin importarle que sirvan para algo
o no.
El es un punto y aparte, vive solo en el universo. En un ángulo del paisaje, bonitamente aleja al mundo
hacia la inmortalidad, piensa en su buena suerte… el azar muere, busca el destino, no se
detiene, no puede esperar … solo es el minuto insurrecto de una vida, de
una vida que lucha en el espacio, pide que lo llenen, ruega que le
atiendan.
El
minuto, no teme, la nada es su vida. Parte de cero nuevamente, al ver que
se cumple su ciclo, mira atrás y repasa el mañana, intuye grandeza. Como esperando que
la palabra actúe se ata a sus tareas, sacude almas, corazones y conciencias.
¿Se acostará con un poema bajo la almohada?. Menos egocéntrico que un Dios le
basta el silencio se sostiene en el tiempo lejos de la hora. Pasa como todo.
Poema Sutil.
Imagen Manel Rebollo Portalo
Texto: Ana Mendoza
Imagen Manel Rebollo Portalo
Texto: Ana Mendoza
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