Distancia
habitada, amor de espera... relojes.
y
tiempo detenido
pensando
en ti
mis
manos se llenan de estrellas
mis
pupilas de recuerdos
mis
horas de tus horas
mis
momentos de nuestro tiempo
mis
instantes de los segundos
que
se convierten en siglos
mucha
pared
mucha
nariz............
corazón de patria
y
mucha gente...
Eres
las venas de mis sentimientos
como
las venas abiertas de Latinoamérica
como
un Galeano con esperanza
Cómo
no pensarte
EN
LA INMENSIDAD DE TU TERNURA
ME
ABRAZO A TU DULZURA
las
caricias del viento.
Tu
piel y esencia
mi
vida es ave
no
hay tiempo que perder
Vida
mía.
Pensando
en ti como si existieses
Te
quiero... en la cercanía
en
la distancia ..
en
la ausencia... en el silencio...
INMENSIDAD DE CIELO
las
blanca espera, de la tarde espera
y me
detengo y respiro para continuar
y te
veo en la vida de los seres
del
verde horizonte que hiela
aquella
escalera bendita al cielo
luna
tu.
La
tarde piensa dulce arroyo, del niño dulce
manitas
de amor, y de tantos trazos
en el verde de una esperanza inagotada
tarde
inmensa lentitud de la lluvia
miramos a los ojos
y
ellos nos miran, ojos de puro cielo
y
sabor a miel
las
sonrisas, tras la lluvia
anochece
la tarde
y vuelvo a mirar.
tus
ojos amanecerme
un calor que cuela la mañana.
Calidez
la
casa y las paredes
la
lluvia y la tarde
perdida
de la noción y el tiempo... la mañana
un
piano sobre alguna cabeza
retumba
luces, retumban verdes
rojos.
centros, de corazones.
uno
no se esconde del amor...
no
se esconde de los ojos
de ningún gesto dulce
como
si entendiera el alma, cuando llega, llega
y
otra vez tarde, larga, tibieza
corre,
corre y ve
detrás
no quedas. La puerta
LUZ
Quien
levantará la mesa, las camas y las hojas de los arboles.
cuando
todos se besan al mismo instante del arcoiris,
las
hojitas se destiñen y caen
y
parece despierta
y
padece de frio
se
me antoja la pausa
el
deseo de la lámpara
el
genio de mal genio
y
otra lámpara en el desierto
reflexos
la
sonrisa dibujada de caras y luces
natural
simulas verde
pasto
horizonte, mis dedos.
semillas
al cielo, disparos y flechas
apiádate de mi corazón no entiende de tiempo
flores y juegos
la
quietud y la serenidad del amor
que nada espera paciencia
para el después de un niño.
un
cerrar de ojos, y pestañas.
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