
Las mujeres estamos buscando nuestro lugar en el mundo. Algunas queremos alcanzar todo lo que deseamos, pero la falta de autoestima y de un sistema de apoyo o los prejuicios sociales muchas veces nos refrena. Otras tememos pedir demasiado, y si somos demasiado también sentimos miedo, de perder el amor y el respeto de los demás, por parecer codiciosas. La autora sugiere persuasivamente que las mujeres, antes de lanzarse a conquistar el mundo, examinen su vida interior
El primer paso es encontrar una forma de conexión espiritual que nos lleve a un espacio donde seamos respetadas y admiradas. Las mujeres, a lo largo de la historia, han descuidado sus talentos y necesidades para complacer a la sociedad patriarcal. Ahora ha llegado el momento de valorar las cualidades femeninas, de estar orgullosas de ser mujer.
En todo momento es posible elegir entre vivir como una princesa o como una esclava, estos estados solo están separados por un cambio en la conciencia que va desde la negación a la aceptación del poder personal. Lo importante es nuestra libertad para estar en todo momento en contacto con la Diosa, a pesar de las muchas fuerzas que afectan a nuestra vida y nos alejan de Ella. Somos reinas --dice Marianne Williamson-- y tenemos una tarea que hacer. No acallemos nuestras voces, porque el mundo necesita escucharnos.
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