Alerta estoy de ser
sonrisa.
AnaMendoza

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lunes, diciembre 19, 2011

Mientras te espero


-¿Saltamos?...Saltemos sobre la cama, con la almohada de bluejeans que tiene tu par de botas militares dentro, oh no que guerra de almohadas más cruel, estás seguro de que no va a pasarme nada, que no va a dolerme un poco, porque las personas aun creen que el amor duele como si no supieran que lo que más duele es el miedo y que el miedo es simplemente la ausencia del amor.

Quieres que juguemos las escondidas, a presentirnos, a disimularnos tras las palabras, sin mirarnos. Tú te apoyas a mi espalda y yo a tu columna. Entonces cada uno le habla a una pared pero en realidad las palabras revotan y llegan al otro con fuerza renovada. Pero recuerda el peligro de desfigurarnos, si nos percibimos diferente a lo que somos no me hago cargo.


Intentas tú. Yo me escondo hasta que me encuentres.


-Tu color es el obsceno, por hoy, mañana quién sabe. Transparente, Tu sabor el café con miel, pero te cuestionas entre el sabor y el aroma, es que no sabes qué te atrapa, sobre todo cuando miras tu reflejo en la taza. Tu estructura… que difícil, ahí ya no puedo encontrarte.


- Es que me escondí detrás de ti.
-Iba a decirlo, pero no me atreví.
- ¿por qué no?
-Mírate, tú estás allí recostándote a la nada, y yo recreándote, una palabra mal puesta y dejas de ser quien eres.


-Todo está permitido… tu me eriges y yo soy.
-Te invento como a un cuento, te tejo en el aire, en un no tiempo, casi.

Me robas momentos de sueño… no hay prohibiciones… claro…
-Ojos encendidos, profundos, brillantes.
-No como los tuyos, tan tristes… Túneles eternos…
-Verdad. Tu deseo es un beso. ¿Un beso en la frente?
- Adivínalo, no me preguntes.
-Un beso en mi boca y un silencio.
- mis manos en tu espaldas, recorriendo la espina dorsal, suave, mientras respiras con confusión y dejas escapar alguna sonrisa. Me respiras al oído sin tocar ninguna parte de mi cuerpo, el deseo me llama y quiero que me tomes no solo con la voz.
-Con las manos, con la boca, hasta poder dormir un poquito en ti. Me gusta el dedo gordo de tu pié derecho.
-Te escapas.
-No hay nada prohibido.
-Subo por las piernas y descubro tus muslos dormidos.

Y a mí los nervios me dan risa

-Te ríes, como un niño indefenso y te muestras con toda la ternura de tu alma
-Me arrancas una sonrisa mientras estás en mis brazos, entre mis piernas, de espalda. Te tomo las manos y me desplazo sobre ellas, dibujo tu forma con mis huellas.
-Giro y te miro. Toco tu frente, tus ojos, y al llegar a la boca mis manos la descubren y dan paso a mis labios que se adueñan de ella.
- Me confiesas así, para ti, en lo momentáneo y alerta de mi cuerpo, pero no sospechas que mi alma es eterna ante un beso. Estás eternizándote en mí y no lo sabes, ni puedes sospecharlo. Entonces buscas el centro de mi placer, la llave que te permita abrir la puerta y mermar esta distancia de cuerpos de espaldas.
-Entonces te giras y me miras a los ojos.
-Estoy mirándote a los ojos, y veo mi reflejo desnudo.
-Yo decía fuera del juego, que te gires.
-No necesito girarme, ya estamos de frente. Somos una palabra entre paréntesis, un punto perdido en el espacio.
- ¿Has amado alguna vez?
-Estoy amándote ahora.
-No quiero desearte, no quiere verte la cara, no quiero girarme.
-Esos son caprichos, estamos naciendo el uno en el otro, este es tu juego, y ¿qué creías? ¿Qué habría ganadores y perdedores? Pues no, ya estamos aquí, puedes dejarlo pero eso no te sería útil, puedes generar la peor imagen de mi, reinventarme en mis miserias… yo que sé. Anímate y dime quien soy.
-Dímelo tú.
-Cambiemos el juego, aunque seguirá siendo el mismo. Gírate
-Aquí estoy. Me encontraste…

Eres poesía, lo sé, una palabra que no toca , que no mira; lo sé y no me alcanza. Del otro lado la noche es una princesa encajada en tus piernas y de este una luna congelada. Créeme, esto no me alcanza. Existo en la medida justa de tu cintura, donde las notas se apoyan y las estadísticas se esfuman en ruidos de cuerdas mal ajustadas. No tienes boca, no tienes ojos, no tienes manos... Nada hay en ti que me mantenga alerta, solo el sonido una letra mal colgada, que por cierto resultan chirriantes en su forma de arañar. No puedo buscarte en la lista de nombres, porque no te llamas. Persigo sombra, pasos, aromas, sabores que pueden ser tu pasar; el poder ser, persigo. Parada frente a las puertas esas puertas que derribaste y que te atreviste a cruzar, y ahora sales a tu vida cotidiana y yo debo continuar, aquí detrás de la puerta resguardando la entrada, para cuando vuelvas me encuentres despierta, llena de todo el amor que te guardo, de nuestros juegos, y risas de nuestras tardes sin despedidas de pasarnos a la dimensión desconocida hasta un día después para decir TE AMO¡¡¡¡

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