Este cuento habla sobre el origen
del universo, un cuento nigeriano que explica los principales elementos de
nuestro planeta de forma sencilla para los niños.
Hace mucho tiempo, el Sol y la
Luna se conocieron y se casaron. Construyeron una casa hermosa en tierra seca y
comenzaron su vida juntos. Después de algunos meses decidieron invitar a su
amigo el Océano a su casa. “Son muy amables por pensar en mí,” dijo el Océano,
“Pero me temo que no podré aceptar su oferta.” “Lo sabía,” dijo la Luna, “Usted
ya no nos quiere.” El océano respondió “Claro que sí pero pienso que no cabría
en su casa.” El Sol pensó que esto significaba que el Océano pensaba que su
casa no era lo suficientemente grandiosa. “Por supuesto que no es eso lo que
pienso” respondió el Oceano, “Estoy seguro que su casa es igual de brillante
que ustedes, pero – “. “Entonces pase por favor,” dijo la Luna al mismo tiempo
que abría las puertas de par en par. La casa era muy grande y se extendía hasta
donde la vista alcanzaba. El Océano se filtró tímidamente a través del umbral.
“Pase, pase, hay suficiente lugar para usted, ” dijo el Sol mientras reía.
Entonces, el Océano comenzó a fluir hacia adentro más rápidamente.
Pronto el suelo entero se cubrió
de agua. “Ve, no había nada por qué preocuparse,” dijo la Luna. “En realidad,
apenas estoy comenzando a entrar,” dijo el Océano y al decir esto, una ola
enorme se precipitó a través del cuarto y salpicó a las paredes. El Sol y la
Luna se elevaron más y más para evitar que se mojaran. Pronto los pescados y
las otras criaturas del mar comenzaron a nadar dentro de la casa. “Mil
disculpas,” pidió el Océano pero el Sol dijo “No se preocupe, hay lugar para
todos.”
A medida que el Océano continuaba
inundando la casa, el Sol y la Luna se vieron forzados a subir más y más hasta
que tuvieron que salir a la azotea. “Dígame, mi amigo,” decía el Sol viendo
hacia abajo, “Ya casi termina de entrar? ” “Creo que casi voy a la mitad,”
rugió el océano. “Son muy amables por invitarme.” El Sol y la Luna no deseaban
ser groseros y retractarse y entonces simplemente subieron más y más en el
cielo. Su magnífica casa flotaba al revés en el agua abajo. Fue así como el Sol
y la Luna se establecieron permanentemente en el cielo y encontraron armonía
con la Tierra y el Océano. Y aunque se turnan para mirar hacia abajo con
curiosidad, nunca han tocado la tierra otra vez desde entonces.
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