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AnaMendoza

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martes, enero 21, 2014

Destrucción de Sistemas



Los Índigo y el Sistema de Educación

El área de vida en comunidad donde los Índigo han tenido más efecto es el sistema de educación. Como se mencionó anteriormente, los Índigo, mayormente orientados por el lóbulo derecho del cerebro, son energéticos y activos. No les gusta quedarse sentados por largos periodos, que se les diga que hacer y aburrirse por tareas repetitivas que fracasan en retarlos. Ya que esto generalmente define la experiencia de la escuela, es obvio que los Índigo tendrán y causarán problemas.

La orientación del lóbulo derecho del cerebro quiere decir que muchos Índigo se esfuerzan por mantener el interés y enfocarse en un modelo educativo diseñado para la actividad orientada por el lóbulo izquierdo. Su necesidad por expresar su energía en movimiento y aliviar su aburrimiento quiere decir que están sin descanso y pueden ser destructivos. Cuando comienzan a caer en sus presiones, pueden llegar a estar estresados y ansiosos.


Los diagnósticos generales dados a los Índigo son DDA (Desorden de Déficit de Atención) y DDAH (Desorden de Déficit de Atención con Hiperactividad), los cuales son considerados como desórdenes de “disfunción cerebral mínima” por la medicina. El padre necesita elegir entre definir a su hijo con una etiqueta patológica, o aceptar que el niño representa el próximo paso en la evolución humana, y que no necesita ni quiere pasar 6 ó 7 horas al día sentando detrás de un escritorio y que le digan que pensar.


Enfrentémoslo – el sistema escolar arcaico y disfuncional. Las escuelas originalmente fueron diseñadas para educar a los niños de  las clases altas, quienes tenían la riqueza y el tiempo para dedicarse a ocupaciones mentales como una señal de su superioridad. Gradualmente, en el siglo 19 y principios del 20, la educación se volvió universal.
Pero, ¿qué hace en realidad el sistema escolar? La mayoría de los Índigo están de acuerdo en que lo que se enseña en la escuela raramente es relevante en la vida real. Los confina a una experiencia mental o “mecánica”, y la mayoría de los Índigo quieren una experiencia de vida real para ser sus maestros.


Además, sentarse detrás de una banca de escuela por 6 horas al día es visto como no más que un entrenamiento para sentarse detrás de un escritorio de oficina por 8 horas al día o más, y la mayoría de los Índigo no tienen interés en ese camino de vida.
Las clases de la escuela moderna en Sudáfrica generalmente consisten de 30 o más niños y una maestra. El sistema funciona porque los niños están de acuerdo en ser controlados por la maestra. Sin embargo, como más y más niños Índigo dicen que no, el sistema comienza a decaer.


Quizá los Índigo nos están enseñando que hay mejores formas de aprender. Quizá, más allá de unas cuantas horas al día de letras y números básicos, el niño del futuro elegirá proyectos para continuar en la comunidad bajo la supervisión de los padres o maestros. Estos podrían estar orientados a la “vida real”, y ser de beneficio tanto para el aprendiz como para la comunidad. 
Por lo pronto, más y más Índigos está diciendo no a la educación formal de la escuela.

 Los Índigo y el Sistema Médico

Otra área donde los Índigo se están haciendo sentir su presencia en con el sistema médico. Esto es un resultado de los diagnósticos médicos de DDA e Hiperactividad, o “disfunción mínima cerebral”. La respuesta de la ciencia médica es una droga – generalmente Ritalín, a veces Prozac.

He visto a un niño tan joven como de siete años con un anti-depresivo médicamente prescrito. He oído a un respetado pediatra recomendar que a los niños de tres años les den Ritalin.
Hay mucho debate alrededor de los pros y contras del Ritalin, y no voy a adentrarme en eso aquí. Basta decir que el Ritalin es una droga de una clase de anfetamina estimulante. Tiene efectos secundarios y retira los síntomas, y también causa adicción si se usa inadecuadamente.


La importancia de este debate en términos de Índigos, es que muchas personas ahora están cuestionando un sistema médico que droga a los niños pequeños con estimulantes que alteran la química cerebral así como también arreglárselas con el comportamiento que no conforma a la “norma” del “niño promedio”.


En mi trabajo con los niños he encontrado niños que van desde dotados y “brillantes” a aquellos que son autistas y con problemas de aprendizaje. En este viaje, he llegado a creer que no hay tal cosa como “el niño promedio”. Cada niño es como un copo de nieve – único e individual, con sus propias necesidades y deseos.


Todavía el sistema educativo está adaptado al “niño promedio”, y si un niño no se amolda a este modelo se le droga hacia el ajuste. El Dr. Peter Breggin, un psiquiatra americano que está en contra del uso del Ritalin, señala que lo que es definido como DDA o DDAH es solamente la manifestación de un niño que funciona a “un extremo del espectro de energía” – el alto extremo!


La gente que trabaja con los Índigo prefiere llamar a estos niños “aprendices quinestéticos”, y sugerir que ellos necesitan modos de aprendizaje adecuados a sus niveles de energía, en lugar de Ritalin.


La dieta también ha mostrado tener un mayor efecto en los niños. Los estimulantes en cafeína, las azúcares refinadas y los aditivos de los alimentos, todos tienen un efecto negativo sobre los niños que ya son altos en energía. Eliminar estos alimentos y concentrarse en alimentos frescos y orgánicos se han conocido por ayudar a balancear a los Índigo sobre-estimulados. Muchos Índigo, de hecho, prefieren este tipo de dieta si se les permite acceder a ella. Pero, los padres ocupados con frecuencia agravan los problemas alimentando a sus hijos con alimentos procesados y prácticos los cuales molestan a sus sistemas sensibles.


Los Índigo nos están enseñando una vez más la importancia de la vida holística, terapias naturales y sanación, de la comida natural, no procesada. Ellos también están retando a un sistema médico que busca drogas farmacéuticas como “elementos mágicos”, a pesar de las consecuencias y efectos secundarios.

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