Taras y más taritas…

Desde los andes venezolanos en medio de majestuosas montañas elevadas hacia el firmamento, escribir es una aventura extrema, una aventura comparada con todo lo clandestino de llevar la contraria y rebeldía con causa, mientras despiertan los sentidos, las conciencias, los sueños de otros seres que también están como tu; queriendo comunicar, queriendo ser escuchados…

A veces quisiera darles un respiro, ah…. Solo a veces… es como un chiste…. Pero bueno se hace el intento. Quisiera darles tiempo para extrañarme y bajar el ímpetu de mis ideas…y es cuando caduca mi creatividad, y me quedo perdida en esta pereza que llamaré mental o en esta pausa sin palabras ni acciones, en esta ignorancia de creer saberlo todo y no dejarme llevar por el corazón si no por la razón. No creas a mí también me costó mucho aceptarme y quererme como soy, sabiendo y repitiéndome que todo lo que haga por pequeño que sea debo hacerlo con pasión indescriptible contra viento y marea pues también de eso nace el respeto hacia uno mismo.

Y aquí estoy yo… sumergida dentro editando estas taras, tuercas y otros cables sueltos que forman parte de los seres humanos;(léase bien, también soy humana)… por más que disimulemos y nos comportemos para ser aceptados y aunque pasen de largo… digan:“me gusta”, ante un mundo que parece abrirse y donde exponer lo que sientes debe tener una lógica y una razón para no afectar a los que callan todo.