Por el humo rojo a
la distancia
olíamos
el amor quemarse
rogábamos
fueran otros cuerpos
totalmente
calcinados a besos
rugían
sus bocas encendidas, perdidas,
alimentándose
de pasiones y fuego
Inimaginable
el estado de sus almas,
Tragaban
saliva por exceso de gula.
Otra cosa eran los
gritos desde lejos a dúo
fatigados
para nada en este encuentro.
Asilados con único
refugio el otro
heridos por dentro,
sangraban pasión,
espirales
corto punzantes, deliciosas
asolados
entre sí, nada se perdonaban
reían
dos locos a veces uno, a veces todos
tenían
todo para ser felices incendiándose.
Combina
pintura, ilustración, fotografía y edición digital para crear un Universo
onírico, surrealista, repleto de simbología. Un Universo propio que quiere
traspasar al espectador . Una pista sobre su simbolismo: Schloe trabaja sobre lienzos desgastados, como
queriendo eludir el tiempo.
Ahora,
el talentoso austríaco ha lanzado una serie de cojines, cubre-camas, fundas
para móviles y hasta cortinas de ducha : Ilustración surrealista para
objetos cotidianos, porque como él mismo dice “cualquier cosa puede suceder en
un mundo que contiene tanta belleza.”
Es un
mundo de fábula. Más que un pintor, Christian Schleo es un contador de
historias. Heredero por igual de Magritte y Andersen, cada obra de Christian
Schleo se transforma en un cuento y toda
su pintura es otro mundo. Un mundo de cuento de hadas, donde suceden cosas
bellas y cosas terribles, donde una muchacha con el corazón herido por una
flecha se deshace en un sangriento otoño, donde otras abren su pecho y escapan
pájaros o mariposas. Más que un pintor surrealista, Christian Schleo es un
poeta.
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