Así protegemos el
amor, con las garras, con las guerras como la única salvación, cuando sabemos
que no hay vuelta atrás cuando uno ama. Que no se puede comenzar de la nada,
cuando sabemos que no existe la casualidad, que la razón esta de viaje, que
cupido esta ciego, de que aún con todos mis defectos sigues amando.
Que el amor se
convierte en una palabra hueca de cuatro letras, y por allí ruedan corazones
teñidos de rojo navidad, y huele a leche y miel, a piel dulce tibia, a besos
que amanecen respirando en el cuello y tu mirando con tus ventanas de par en
par mientras sonríes y caminas con tus dedos sobre los muslos a Jamaris
tus lunas descubiertas que bajan satelitalmente por unas caderas que orbitan
con tus piernas.
A.M.
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