Imagen de
pareja: Afirman que nuestro aparato psíquico tiene guardada la imagen de la
pareja que buscamos y que ésta despierta como una alarma cuando nos topamos con
la persona que encaja con estos rasgos.
Correspondencia:
Busca a una persona con rasgos físicos, sociales, culturales, intelectuales,
etc... Parecidos a los del sujeto y con la imagen de su propia familia
imaginaria.
Espejo: Nos
enamoramos de quien anhelamos ser o bien de lo que tiene el otro, es decir, nos
sirven de espejo y por eso nos enamoramos.
Perpetuar la especie:
La defienden algunos biólogos afirmando que
buscamos a la pareja adecuada para perpetuar la especie y esto se hace después
de una evaluación por "instinto" y buscamos a la mejor persona con la
cual nuestros genes se mezclen de la mejor manera. Esta hipótesis tiene en
cuenta la realidad animal de la persona humana, que, aunque sea sólo la parte
corporal, es real. A pesar de ello, esta teoría excluye a los homosexuales y
bisexuales.
Creación de
gustos: Es cuando la persona durante la infancia empieza a cuadrar sus gustos
y, conforme va creciendo, los va haciendo más sólidos. Entonces, encontramos a
una persona que se asemeja a lo que se creó desde esa infancia, como por
ejemplo: el color del cabello; si un niño ve a alguna niña y le gusta, y esa
niña tiene un cabello de color rojo, ese color de cabello va a buscar, siempre
y cuando esa persona le haya causado el impacto suficiente para crear un gusto
de ese momento y desde ahí va a buscar ese estilo de cosa que le impactó. Ya
cuando vamos creciendo, todas esas pequeñas cosas van armando un rompecabezas y
llegamos a un punto donde ya sabemos cómo buscamos a una persona. Así pues, nos
enamoraremos de la persona que más se asemeje a ese rompecabezas que nosotros
tenemos de la persona que buscamos.
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