A diferencia de
la creencia generalizada de que el enamoramiento es un fenómeno impredecible y
aleatorio, un número creciente de científicos sociales han construido
diferentes modelos teóricos que describen y explican el enamoramiento. Las
características principales del enamoramiento son sintomáticas, las cuales
según la mayoría de autores son:
- Intenso deseo de intimidad y unión física con el Individuo (tocarlo, abrazarlo, relaciones sexuales…)
- Intenso deseo de reciprocidad (que el Individuo también se enamore del sujeto).
- Intenso temor al rechazo
- Pensamientos frecuentes e incontrolados del individuo que interfiriendo en la actividad normal del sujeto puro.
- Pérdida de concentración.
- Fuerte activación fisiológica (nerviosismo, aceleración cardíaca, etc.) ante la presencia (real o imaginaria) del individuo.
- Hipersensibilidad ante los deseos y necesidades del otro.
- Atención centrada en el individuo.
- Idealización del Individuo, percibiéndo sólo características positivas, a juicio del sujeto.
El proceso de
enamoramiento suele comenzar con una atracción física inicial hacia otra
persona. A continuación, se potencia con una atracción personal, y se dispara
definitivamente cuando se presenta un conocimiento o sospecha de que existe
reciprocidad en la atracción.(que esa persona se siente también atraída física
y personalmente hacia nosotros). El estudio científico de los factores
psicosociales y biológicos implicados en el enamoramiento y el amor no sólo ha
generado la aparición de intervenciones cada vez más eficaces en el ámbito de
las relaciones de pareja, sino también la difusión de métodos para atraer y
conquistar al sexo opuesto (véase a modo de ejemplo el método conductual de
seducción).
Sin pasión, el hombre sólo es una fuerza latente que
espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar
chispas de luz. (Henry F. Amiel)
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