En la vieja fabrica de sonrisas,
y miradas a encubiertas
se adormecían los chispazos de mis ojos,
en una laboriosa tarde de trabajo
sin resultado alguno, quedaba sentada,
abriendo paquetes de sonrisas falsas,
de palabras de aliento, de continua lucha
de inútiles palabras demás
y cansancio de todo.
Una tarde en la vieja fábrica de sonrisas,
y miradas a encubiertas
se agitaron las musas
en sus tiernos temblores,
de vías destrozadas y guaridas a la deriva
a su paso, me inquietó tu sonrisa
mostrándome la luna en pleno día,
preguntándome corazón como le haces
para arrancarme del mundo.
Para estremecerme en un soplo
de jadeo agónico, todas mis constelaciones
de evasivas miradas y cautas…
Capitán de mi puerto, ¿cómo le haces?
para bajarme las estrellas
sin el mas mínimo atrevimiento
como le haces para que todo parezca fácil
para que, no me esfuerce más que en esperar,
verte llegar, y en un solo respiro amarme toda.
Como le haces para presagiar mis gestos
para delinearme la luna sobre la piel,
para removerme y en una dócil corriente
de olas furiosas, desvalijar mi corazón,
tu, mi vida, mi alma, mi espejo,
tu mi compañero de aventuras mi amigo,
mi secuaz, mi todo,
Tu mi amanecer de estrellas gratis,
mi boleta a la felicidad.
Mi satisfacción más sublime
en ocaso con todo y nubarrones,
Tú el mismo de ojos sombríos y vencidos
el que me agita a media luz, a la espera
y el que me ama con todo sin creerlo,
el que me hace conjurar la luna
y revertir hechizos a la espera
de que llegues en mitad de la noche
y me lleves por siempre en el corazón.
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