De la piel... me quedo con tu olor
desenfrenado de tierras frescas,
salpicadas de arena y lunas inmortales
pequeñas adversas, jugando traviesas
sobre los espacios de mi cama.
De tu ojos me quedo con el resplandor
de la brisa y la vida que me das,
de tus manos recojo el respiro
…y las calles secretas que transitan
sobre mis extendidas planicies.
De tus lagrimas desmayadas
guardo el silencio de esta sutil noche,
esperándote, difiero en tus lunas
en tus universos inéditos
de señales espesas y torpes.
Mueves mis montañas
y estremeces mis comisuras
...de tus roces, amontono el aliento
de mariposas echadas sin prisa,
de tus miradas... tus torres.
Girasoles a media tarde,
de tus recuerdos, uno
el de tus pétalos abiertos para mi,
de tus remembranzas, quiero
guardarme todas con mi nombre.
Mis destellos, de tus pestañas
su roce cerquita de mis labios,
de tus soles... sus mañanas solitarias
de sabanas tibias quedarnos
tendidos y sin ganas.
Empezar el día más allá
de la habitación rosa donde
tu y yo nos guardamos del sol.
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