Sos, una
línea que divide el norte del sur y los polos congelados, una fiesta inesperada
de sorpresas retenidas, una obsesión en
por qué le ponemos nombre a todo.
Sos, una
línea que divide mi tronco, cabeza y extremidades, un pícaro rechinar de
zapatos nuevos, mientras juegas y me alcanzas en dos pasos.
Sos tan
grande que me abrigas de un abrazo, que unes mi alma mi cuerpo y corazón,
borrando las líneas del meridiano.
Sos, las 12 en punto, cuando el sol me avisa,
faltan menos horas para volver a vernos por la tarde, y cuando me mires, me
habrás extrañado, cuando me hables me derritas, me desmayes.
Sos,
camino de risa sin calma, atontada aun por tus besos de la mañana, intrépidos
tus labios de moras maduras, sobre tapices rojos frescos.
Cómodamente
en el sofá me reclinó hacia tus ojos, disimulo para no saturar, intentando
responder a tus palabras, a mis deseos, a tus manos.
Sos, una
línea de corazones al rojo vivo, Sos perfecto, como Sos, del taller de
maravillas dándome ideas, tus pestañas trasnochadas.
A.M.
tardes de Poetas, Richard Terán. Miguel Uzcateguí, Ana Mendoza, Javier Abreu.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario