Alerta estoy de ser
sonrisa.
AnaMendoza

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sábado, septiembre 30, 2006

La Niña Azul


Caminaba de regreso a casa en aquella tarde solitaria, el camino era angosto y difícil de transitar, ya la maleza cubría los espacios y el camino se perdía entre los verdes matorrales, el camino se hacía eterno, el azul del cielo solía ser más intenso y se reflejaba en las luces de su cabello brillante, largo como hilos interminables, no supo en qué momento la noche calló repentina, solo se dio cuenta al pasar por aquel lago oscuro y profundo que pudo ver reflejada la luna que la acompañaba como si fuera una sombra, apurada, correteando, esperándola por ratos si se detenía curiosa ante algún hallazgo del paisaje. Esto pasaba siempre cada día de su vida en todas las estaciones del año, en todas las caras de la luna, pero este día, sintió una tristeza inexplicable, llegó a casa y en silencio cambió sus trajes esta vez sin mirarse al espejo como lo hacía siempre para ir a cenar con su familia y algunos invitados especiales esa noche, dejo los libros sobre el mueble que estaba debajo de la ventana, miro hacia fuera y el aire frío le golpeo la cara, se percató de cerrar la ventana, se detuvo un momento frente a ella, respiro profundo, hondo.... cerró sus ojos, y se decidió a continuar caminando apurada al comedor, dio las buenas noches, y le contestaron pero todos estaban hablando, y solo esperaban por ella para comenzar la cena, se sentó cerca de la abuela y sin hacer ningún comentario probaba sin mucho apetito la comida, no recuerdo que pasó durante ese momento, ni los sabores, ni los colores, ella estaba absorta en su mundo, no recuerdo palabras suyas, no recuerdo pensamientos, no recuerdo las palabras y conversaciones de los demás, ni quienes estaban en aquella mesa, solo sus caras articulando un bla bla...no dejaban de mover sus labios parlanchines bla bla bla..... risas bla bla bla........... miradas....... bla bla bla su mundo en el aire.......... hubo un repentino silencio, inesperadamente al mismo tiempo que la brisa fría entró por aquel ventanal levantado las cortinas
-Bienvenida sea¡....-dijo la abuela, sonrió con picardía.
La Abuela, dulce, olorosa a jazmines, bañada de estrellas, inteligente, educada y siempre sabia,............. tantos años, tanta vida, su apariencia apacible antes los ojos de los desconocidos, uf el carácter... con que fuerza dominaban sus palabras, siempre tenía la razón de todo, la ultima en hablar siempre aunque no tuviese siempre la razón, todos parecían callar por el solo respeto, recogía sus cabellos de plata con unos palillos de metal que nunca se oxidaron, parecían de otro mundo, por su brillo único con dos esmeraldas no talladas que le había regalado su madre cuando cumplió sus 17 años, cuanto de eso, ya perdió la cuenta de los años, nadie sabía la edad de la abuela parecía ser un secreto de vida o muerte, todos habían callado para escucharla, rompieron nuevamente aquel estado de quietud. Y despertó la niña azul, despertó y sintió la presencia de aquel mágico ser que venía cada noche a acompañarle, y que solo la abuela conocía y saludaba cada noche con el corazón palpitante........... ella quería salir para encontrarse con la luna, ¡oh la luna¡ los demás continuaron su bla bla bla, no dejaban de mover sus labios parlanchines bla bla bla..... risas bla bla bla........... miradas....... bla bla bla su mundo en el aire..........

Por qué siempre es igual.- pensó.

-.No se escuchan solo hablan y hablan sin parar, solo quisiera que alguna vez me regalaran un poco de silencio.

Mi nombre es Amelí, viene de Amelia, una vieja tía abuela que no conocí, decían que era tan dulce como la misma miel, y no se a quien se le ocurrió compararme con tal panal, cuando pienso en abejas solo las veo enfadas por ser usurpadas para robarle la miel, tal vez esto no signifique nada pero en mi mundo nada es abstracto todo tiene un sentido y será por eso que se me complican más las cosas de lo que deberían, Es extraño hablar de mí, no me conozco del todo aun me sorprendo con cosas tan cotidianas, soy una persona silenciosa, trato de mirar objetivamente lo que quiero, soy una soñadora, una mujer llena de ilusiones, no soy la misma de la semana pasada, no soy la misma de esta mañana, no soy la misma que se quedó dormida ayer y despertó esta hoy, ahora no se si escribir, alguien me hizo sentir que escribo más de lo que hablo....... y entonces sentí miedo, miedo de no tener la suficiente inteligencia para llevar una conversación que valga la pena, porque desde el punto donde me coloco a observar tal vez no le guste a los demás aunque yo me sienta muy cómoda, que eso no me perjudica, pero que mi mundo se encuentra a la deriva, quien lo alimentara si yo no le doy mis palabras, si yo no pienso y guardo mis ilusiones, ¿será que debo tomarme un descanso para cuando ya nadie se interese. En lo que hago… quiero la libertad de volver a tomar la pluma y el papel... de volar con cada palabra, de tomar mis alas esas que no conocen plumas pero tienen una capacidad de llevarme hasta la luna que tanto amo, es tan sutil y hermosa que parece que se compara a cuando hago el amor.

Unas lagrimas rodaron, sus mejillas se hundían como surcos de tantas y tantas lagrimas... dar un cambio así en mi vida, cuando era feliz y segura de lo que hacía, no es la primera vez que siento que mi mundo se derrumba porque algo de el exterior ha entrado sin anticiparse, y aunque lo proteja siempre viene por mí, y debo salir, salir a vivir, salir a luz, ahora pienso que tal vez no sean tan interesantes mis palabras, ahora dudo de mi, por eso tal vez me sienta diferente y me haya callado ante ti. Siempre he usado la palabra escrita para complacer mi corazón, para no hacer ruido, con cosas estruendosas, para no contaminar el ambiente de palabras vacías, para conocer un poquito de los demás y descubrir lo que soy, para regalarme un poco de silencio mientras observo y absorbo todo alrededor, si ya las miradas no entorpecen la vida, si no es suficiente acaso que con esas miradas me tiemble hasta el alma, ahora mi mundo tal vez no sea tan maravilloso, ahora se divide entre palabras y hechos, entre palabras que no salieron de mi boca, pero que siento y expreso con actos, aquí, ahora no se qué palabras usar, usar para hablar, usar para escribir, qué debo decir, qué debo callar... qué pienso para agradar a los demás, si aunque parezca tonto me importan los demás,....

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