En la blancura desnuda de tu piel,
me abrazo en el punto anacrónico
de la ternura de tu miel y labios.
Tropezamos el silencio
nos reencontramos
como tantas otras veces
en la que me hiciste arrinconar
el tiempo, los péndulos, el espacio
y la tierra que piso.
Contigo no estoy dividida
contigo puedo creernos uno
simples, desnudos desolados
sencillez sin palabras
contagias de esa sonrisa fugaz
que prevalece de tus días tristes.
Sabia que llegaría este día
de perdernos en los ojos,
de fortalecernos….
En esta paz absorbente y no definida
que llame como se llame
resulta deliciosa y única
en la que me prometo
nunca limitar ni darle nombre
esta sensación de estar volando
cuando pasas tan cerca de mí.
posándote en mi alma
justo en la lado izquierdo
…donde vibra el corazón
Anita Mendoza
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