Se disfruta descubrir cómo vivir con
otra persona, sin ningún sentido de lucha ni de amoldamiento. Cuando dos
personas viven juntas, hay una actividad sexual, biológica que las une, o en
sus vidas hay amor, hay interés y solicitud del uno por el otro. Todos
necesitamos compañía y también queremos tener a alguien en quien poder confiar,
en quien poder encontrar seguridad, un sentido de consuelo, de apoyo. Debido a
que muy pocos de nosotros podemos estar solos, sin depender de nadie, decimos:
tengo que casarme, o tendré una amiga, lo que fuere, pero debo tener a alguien
con quien sentirme a gusto. Nunca nos sentimos a gusto con nadie porque vivimos
sumergidos en nuestros propios pensamientos, en nuestros propios problemas, en
nuestras propias ambiciones y demás.
Tenemos miedo de estar solos, Porque la
vida es muy solitaria, la vida es muy, muy compleja y uno necesita a alguien
con quien poder hablar. En esta relación entre hombre y mujer, si no hay amor,
él la usa a ella y ella lo usa a él, él la explota y ella lo explota. Eso es un
hecho.
Cómo puede vivir con otro sin ningún
conflicto, sin sentido alguno de lucha, adaptación o amoldamiento. Eso requiere
muchísima inteligencia, integridad.
¿Qué significa estar relacionado con
otra persona? Se puede estar relacionado físicamente de manera muy estrecha,
íntima, pero ¿alguna vez estamos relacionados psicológicamente, en lo interno?
No románticamente, sentimentalmente;
me refiero al sentido profundo de estar relacionados. La palabra relación
significa estar en contacto, tener un sentido de totalidad con el otro, no como
entes separados que se juntan y se sienten totales, sino que la relación misma
produce esta cualidad, esta sensación de que no están separados.
Ésta es, en verdad, una cuestión
sumamente importante, porque nuestras vidas están, en su mayor parte, muy
aisladas, muy separadas, muy cuidadosamente estructuradas a fin de que no
seamos perturbados en lo psicológico. Y una relación así debe originar, inevitablemente,
conflicto, perturbación y toda la conducta neurótica que tenemos. Por
consiguiente, aclaremos juntos qué entendemos por relación, no sólo el
significado de esa palabra, el significado verbal, sino el significado que hay
tras la palabra, tras las dos personas que se han relacionado.
Si cada uno de nosotros dice que nos
estamos ayudando mutuamente a florecer, a crecer, a realizarnos, a ser felices
juntos, entonces seguimos manteniendo el espíritu de aislamiento. Ahora bien,
Toda la estructura religiosa sostiene que estamos separados, que somos almas
separadas, ¿Es que el pensamiento en sí es separativo? Pienso que mi conducta
debe estar separada de la suya, porque de lo contrario existe el temor de que
nos volvamos automáticos, zombis, que nos imitemos unos a otros. El
pensamiento ha separado el mundo en nacionalidades. Usted es italiano, yo soy
venezolana, yo soy francés, usted es ruso y así sucesivamente. Esta división es
creada por el pensamiento. Y el pensamiento supone que en esta separación, en
esta división hay seguridad; perteneciendo a una comunidad, perteneciendo al
mismo grupo, teniendo fe en el mismo gurú, creyendo en las mismas ropas que uno
viste conforme a los mandatos del gurú, uno se siente seguro, al menos tiene la
ilusión de que está seguro.
Porque el pensamiento se basa en el
conocimiento, que es la inmensa experiencia acumulada del hombre, ya sea en el
mundo científico, tecnológico o psicológico. Hemos acumulado una gran cantidad
de conocimientos, tanto externa como internamente. Y el pensamiento es el
resultado de esos conocimientos, el pensamiento como memoria, conocimiento,
experiencia. Por lo tanto, el conocimiento jamás puede ser completo acerca de
nada: acerca de Dios, del nirvana, del cielo, de la ciencia..., de nada. De
modo que el conocimiento debe marchar siempre junto con la sombra de la
ignorancia. Por eso, cuando el pensamiento penetra dentro del campo de la
relación, debe crear una división, porque el pensamiento mismo está
fragmentado, el pensamiento mismo es limitado.
Se han preguntando lugar ocupan el
conocimiento, la experiencia, los recuerdos acumulados, en la relación. Uno ha
vivido con su esposo, su novio o lo que fuere, y ha acumulado información. Ha
recordado las penosas declaraciones que él ha hecho o que uno ha hecho; existe
todo este desarrollo de la memoria que da forma a una imagen, la cual
interfiere en la relación con la otra persona. Y él está haciendo exactamente
la misma cosa. Puedo conocer a mi esposo: su apariencia, el modo como se
comporta, ciertos hábitos que tiene. Eso es bastante obvio. Pero ¿por qué debo
decir «lo conozco»? Cuando digo que la conozco ya he limitado mi relación. No
sé si lo comprenden. Ya he creado un bloqueo, una barrera entre los dos.
¿Significa eso que en mi relación con ella me vuelvo irresponsable?
«Básicamente, no lo conozco a usted», ¿soy irresponsable? O me he vuelto
extraordinariamente sensitivo -si es que puedo usar esa palabra; es una palabra
errónea-, soy vulnerable, no tengo sentido alguno de división, no tengo barreras…
Por lo tanto, si poseo esta cualidad de
mente, de cerebro, si siento que la relación es un florecer, un movimiento -no
es algo estático, es una cosa viva, uno no puede ponerla en una canasta y decir
«es eso» y no moverse de ahí-, uno puede vivir con otra persona, sexualmente,
pueden vivir como compañeros, tomarse de la mano, conversar e ir a un Registro
Civil o pasar por una ceremonia católica o protestante y ser atados allí; o
pueden vivir sin estar casados. En un caso, he tomado un voto de responsabilidad;
en el otro, no. En uno, estoy legalmente casado y la separación o el divorcio
se vuelve más bien difícil; en el otro es bastante simple, ambos nos decimos
adiós y nos marchamos en direcciones diferentes. Y eso es lo que está
sucediendo cada vez más en el mundo. Toda relación entre dos personas es una
mera forma de atracción, de respuestas biológicas por ambas partes, curiosidad,
el sentimiento de querer estar con el otro, lo cual puede ser el resultado del
inconsciente miedo a la soledad, un hábito establecido por la tradición. Soy
responsable por las personas con las que vivo. Soy responsable, no sólo con
respecto a mi esposo, sino que soy responsable por lo que está sucediendo en el
mundo. Soy responsable de ver que no se mate a la gente. Soy responsable.
Responsable de ver que no hay ti violencia.
En Occidente, la familia está
desapareciendo más y más, mientras que en Oriente la familia sigue siendo el
centro. Ésta es tremendamente importante; por la familia harán cualquier cosa,
aunque sean primos lejanos se mantendrán unidos, se ayudarán unos a otros
usando toda clase de influencias. Pero aquí, poco a poco eso está
desapareciendo por completo. Si tengo hijos, si los amo realmente y me siento
responsable, lo soy durante toda la vida de ellos, y ellos deben sentirse
responsables de mí durante toda su vida. Debo ver que sean educados
debidamente, que no se les asesine a causa de una guerra.
A menos que tenga esta cualidad de
amor, todo carece por completo de significación. Y, si estoy intentando no ser
egoísta, no estar aislado, tener este sentimiento de afecto profundo en el cual
no hay apego ni posesión ni persecución del placer. Donde hay amor, éste tiene
su propia inteligencia, su propia responsabilidad.
Sólo para los muy, muy pocos que aman,
la relación conyugal tiene significación, y entonces es indestructible,
entonces no es mero hábito o mera conveniencia ni está basada en la necesidad
biológica, sexual. En ese amor que es incondicional se han fusionado las
identidades, y en una relación así hay una cura posible, hay esperanza. Para
unir entre sí las identidades separadas, tanto el marido como la esposa tienen
que conocerse a sí mismos. Eso significa amar. Pero no hay amor, lo cual es un
hecho obvio. El amor es siempre puro, nuevo, no es mera gratificación ni mero
hábito. El amor es incondicional. Y no es así como nosotros tratamos a las
esposas o maridos, cada cual persiguiendo sus propios intereses, sus propias
ambiciones y necesidades, cada cual buscando en el otro su gratificación, su
seguridad económica o psicológica. Una relación semejante no es relación
en absoluto; es un proceso mutuo de necesidades psicológicas, biológicas y
económicas en el que ambos se encierran aislándose uno del otro, y el resultado
obvio es el conflicto, la infelicidad, los regaños, el temor posesivo, los
celos y demás.
El amor no es cuestión de hábito; es
algo dichoso, creativo, siempre nuevo. En consecuencia, el hábito es lo
contrario del amor, pero somos prisioneros del hábito y, naturalmente, la
relación habitual que tienen con el otro es una relación opaca, apagada. Y
cuando mueren hay alguien que llora, no por el compañero o la compañera que ha
muerto, si no por su propia soledad. Ustedes siguen igual, no cambian, y
piensan que son seres humanos capaces de legislar, de ocupar altas posiciones,
de hablar acerca de Dios, de hallar una manera de detener las guerras, etc.
Ninguna de estas cosas significa nada, porque ustedes no han resuelto ninguno
de los problemas fundamentales.
Ésa es una cuestión que concierne a
todos los seres humanos, ya sea que vivan en Oriente, o aquí. Es un problema
que incumbe realmente a la mayoría de los seres humanos. Aparentemente, dos
personas, hombre y mujer, no pueden vivir juntos sin conflicto, sin
sufrimiento, sin un sentido de desigualdad, sin ese sentimiento de que no están
profundamente relacionadas la una con la otra. Uno se pregunta por qué. Puede
haber múltiples causas: sexo, temperamento, sentimientos opuestos, creencia,
ambición... Pueden existir muchas, muchas causas para esta falta de armonía en
la relación. Cuando son muy jóvenes se involucran sexualmente, etc., y más
tarde, a medida que van envejeciendo un poco, se aburren el uno del otro y,
gradualmente, escapan de ese aburrimiento por intermedio de otra persona, divorciándose...,
usted ya conoce todo lo demás. Pero encuentran el mismo problema con la otra
persona. De modo que debo tener paciencia. Pero con esa palabra paciencia no
quiero decir permitirle al tiempo que opere. No sé si ha examinado la cuestión
de la paciencia y la impaciencia.
Está mirando; por lo tanto, no se halla
agitado, ésa no es la actividad del deseo, de la voluntad. Biológicamente,
somos diferentes, pero existe el sentimiento de una profundamente arraigada
acción separativa individual. Primero son las reacciones sensorias, sensuales,
luego las respuestas emocionales, románticas, sentimentales, somos entidades
separadas; cada uno debe realizarse a su propio modo y, por lo tanto, la
separación es básica»
Pueden correr paralelas una junto a la
otra, pero no se encuentran jamás, igual que dos vías férreas que nunca se
encuentran. Y todo cuanto hago es tratar de encontrarme con ella, tratar de
vivir en armonía, me esfuerzo: « ¡Oh, querida, eres tan buena!», repitiendo,
repitiendo, pero sin que nos encontremos jamás.
Si carece de validez, debo estar muy
seguro, absoluta, irrevocablemente seguro de que es una ilusión, y debo
preguntarme si el cerebro puede romper con esa ilusión y darse cuenta de que,
psicológicamente, somos todos similares Mi conciencia es la conciencia del
resto de la humanidad; aunque biológicamente seamos diferentes,
psicológicamente nuestra conciencia es similar en todos los seres humanos. Si
alguna vez me doy cuenta de esto, no intelectualmente sino a fondo, en mi
corazón, en mi sangre, en mis entrañas, entonces mi relación con el otro
experimenta un cambio radical.
Si combatimos el uno contra el otro
todo el día, como casi todos lo hacen en esta lucha, en este conflicto -usted
sabe, la amargura, la ira, el odio, la repulsión, lo soportamos tanto como
podemos, y después llega el momento en que debemos romper. Conocemos este
patrón tan familiar. Hay cada vez más divorcios. Y el interlocutor pregunta: Es
muy interesante, investiguémosla. Veo, o ella ve -mejor pongámoslo en la cuenta
de ella- ella ve la necedad, el absurdo, la naturaleza ilusoria del individuo.
Ella lo comprende, lo siente, y yo no, porque soy varón, soy más agresivo, más
impulsivo y todo eso. Ella ha comprendido esa naturaleza y yo no. Ella no
quiere reñir conmigo, nunca. No entrará para nada es ese terreno, pero yo estoy
presionándola constantemente, empujándola y tratando de arrastrarla a ese
terreno. Yo estoy creando el conflicto, no ella. si soy algo sensible, si tengo
por ella un sentimiento verdadero, comienzo a transformarme también, porque
ella está irrevocablemente ahí. Ella no se moverá de ahí. Vea lo que sucede. Si
dos objetos móviles se encuentran, Pero si uno de ellos, la mujer, es
inamovible, y yo soy movible, cedo naturalmente ante aquello que es inamovible.
Entonces ella por su misma presencia, por su misma vitalidad va a
transformarme, a ayudarme.
Amo a una mujer, ella me ama y nos
casamos; todo eso es perfectamente claro y sencillo, no contiene conflicto
alguno. No pueden dos personas estar enamoradas y ser ambas tan inteligentes y
sensibles como para que haya libertad y ausencia de un centro generador de
conflicto. En el sentimiento de estar enamorado no hay conflicto. En el
amor no hay pérdida de energía. La pérdida de energía está en todo lo que sigue:
celos, afán posesivo, sospechas, dudas, miedo de perder ese amor, la constante
exigencia de garantía y seguridad. Por cierto, debe ser posible funcionar en
una relación sexual con alguien a quien usted ama.
La dificultad está en que no amamos; y
si amamos a alguien, queremos que ese amor funcione de un modo particular, no
le damos libertad. Amamos con nuestras mentes y no con nuestros corazones.
1 comentario:
Hola al mundo en general, acabo de pasar por una ruptura difícil hace unos meses. Todo estaba al revés. Había estado saliendo con una chica por cerca de siete meses que pensé que era la persona más grande con la que podría estar. Cuando nos separamos, dijo que no estaba segura de si era yo. Sentí que toda mi vida había terminado, pero como estaba buscando ayuda en la red, encontré un foro que recomendaba DRBAZSPELLHOME@GMAIL.COM Yo era escéptico al principio, pero decidí intentarlo, santo Molly los resultados fueron Más de lo que esperaba. Aquí es lo que pasó, al instante novia llamó por teléfono y después de una semana volvió a mí en lágrimas y prometió que nunca me lastimaría de nuevo desde entonces me siento tan relajado y olvidar mi dolor. Me estoy volviendo feliz. Muchas gracias al Dr. Baz. WHATSAPP ÉL EN +2348066141253
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