A mediados de
noviembre, se dibuja en mi rostro una suave sonrisa, un hábil
Te Amo… que
eleva mi espíritu.
Amanece gris y yo me
declaro en paz total con el mundo.
Al cruzar el abismo
fronterizo de tu espacio voy a pasos agigantados... un extraño mundo del
que creo conocer un poco.
Escuchar que me amas
una y otra vez, parece un sueño. No esperaba menos de ti, solo es
nuevo, no tengo miedo, solo soy otra vez niña con una risa alocada y
sonrojada con las palabras gastadas de tanto gritar que estaba aquí
esperando a que volvieras.
Me quedé tuya más que
renovada, soy nueva sin preocuparme cuando y como fue, que se
cruzaron nuestras almas… en algún rincón del Universo.
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